sábado, 23 de marzo de 2013

Conductores

Aprendí a manejar como a los 12 años, me enseñó mi viejo, primero llevando la dirección y luego, en lugares apartados, como el aeropuerto de Barriles, en Tocopilla, nos fue enseñando a hacer los cambios y mover la camioneta que tenía asignada.
Creo que fue una buena escuela, mi viejo nunca tuvo un accidente en toda su vida - al menos que yo sepa - y creo que lo principal que nos dejó fueron buenos hábitos de conducción.
¿Por qué destaco eso?, lo destaco porque cualquier persona, aunque tenga un CI mas bien bajito, pero con una coordinación motriz normal, puede "manejar" un vehículo motorizado, pero no cualquiera, mejor dicho re pocos, tienen buenos hábitos en la conducción.
En este chilito sub-desarrollado, en los últiomos 30 años nació una nueva clase "social", nace la primera generación con auto en las categorías C1, C2 C3 y demases, nace una generación cuyo máximo anhelo era tener auto, Pinochet creó las condiciones para importar unas porquerías baratas que permitieron que cualquiera pudiera acceder al autito soñado.......y quedó la cagá, como dice el ordinario del Yercopuchento.....aparte del colapso de todas las calles de Chile por exceso de vehículos.
El auto se convirtió en un arma en manos de un mono, de esos monos que abundan en las calles haciendo cuanta estupidez uno pudiera imaginar; exiten los "izquierdistas", esos tipos que creen que pueden viajar a la velocidad que quieran, por la pista que les dé la gana, preferentemente por la izquierda, entorpeciendo el tránsito igual que las viejas en el supermercado con los carritos, estos abundan en las carreteras donde, además, se agrega el peligro que significa hacer idioteces en pistas donde hay vehículos que se desplazan a velocidades sobre los 100 Km/h; existen los "esquiadores", esos pelotudos que viven haciendo slalom por las calles, metiéndose entre los autos como si estuvieran en una gymcana, en esta categoría califican, principalmente, los motoqueros; y existen las "Miss Daisy" (se acuerdan de la película?), unas viejas cacatúas que manejan como si fueran a comerse el volante tratando de ver para afuera, a velocidades empelotantes, y lo peor es que uno se las encuentra cuando mas apurado anda.
Y que decir de la fauna citadina, donde reinan los peores conductores, quizás no por sus habilidades para manejar, sino por lo estrelleros y que se sienten (y lo sienten en serio) los dueños de las calles porque, según me lo han dicho elos mismos, ellos trabajan en la calle, por lo tanto tienen mas derechos que los particulares .... ¿Qué tal?, dentro de esta categoría de animales del volante están los micreros, los taxistas y, los peores: los colectiveros, fauna que ha surgido como callampas en todas las ciudades de Chile, donde hacen las mismas cagadas y viven echandole encima sus cacharros a todo el mundo para ganarle los pasajeros al colectivo que va delante de ellos (eso se lo aprendieron a los choferes de micro).
Además de todo esto, se ha desarrollado una cultura de la agresión, la ley del mas fuerte o del mas choro, para muestra un botón, si quieres cambiarte de pista, sea para prepararte para salir de una calle o avenida, o sea para realizar un viraje, basta con que enciendas el señalizador de virajes (intermitente para los legos) para que el estúpido que va por la pista que quieres ocupar, pero varios metros detrás tuyo, acelere y te impida hacerlo, sólo para demostrar que es mas choro que tú; también se ha definido la "ene-putésima de segundo", que es el tiempo que transcurre desde que te ponen la luz verde hasta que el weón de atrás te toca la bocina, y ay de tí si se te para el auto, ahí te comen vivo a bocinazos, insultos, garabatos etc., sin olvidar la correspondiente "arañita invertida", parte del "lenguaje de señas de los choferes", en el que encuentras el dedo del medio, el antebrazo "cortado", todos con equivalentes en el amplio repertorio de garabatos que se usa habitualmente entre conductores.
En fin, después de haber conducido ya casi 50 años, sin accidentes, he llegado a la conclusión que esto no tiene remedio y si no quieres ser parte de las estadísticas de heridos o muertos en un accidente hay que aplicar la máxima que dice: "La preferencia la tiene el wn que cree tenerla", para eso basta con dejar que los pelotudos hagan lo que quieran y no te compliques en disputarle tus derechos, de esa forma vivirás más años y con menos canas.
Cúidense.