jueves, 27 de diciembre de 2012

Las cosas de diciembre

Estaba reflexionando acerca de cómo fue este diciembre de 2012, la verdad es que tuvo de dulce y de agraz y el resultado final dejó un gustito amargo en la boca.
 
Si bien la reunión navideña fue llena de alegría y logramos juntar casi a todos los integrantes de mi familia, esa familia con la que siempre soñé, faltó una integrante que, por razones que no analizaremos, no asistió al menos de cuerpo presente, una integrante que llenó nuestra vida durante varios años y nos dio uno de los 5 hermosos regalos que hemos recibido de nuestros hijos; ella está iniciando una nueva etapa en su vida, etapa en la que le deseamos de todo corazón que encuentre su felicidad.
 
Pero este diciembre también trajo cosas malas, cosas como el fallecimiento de la esposa de un querido amigo, amigo con quien compartí gran parte de mi adolecencia, amigo con quien competí por los primeros lugares en el liceo de nuestra lejana Tocopilla, amigo con quien nos reencontramos hace sólo 12 años cuando iniciaba mi paso por Canal 13, esto después de haber perdido contacto por más de 35 años, amigo a quien afortunadamente pude acompañar en este duro momento.
 
Pero lo más fuerte que trajo este diciembre fue la noticia que otro amigo de esa misma época, bella época vivida en el puerto de Tocopilla, Jimmy Eldan, estaba en la morgue de Antofagasta sin ser reclamado por nadie, noticia que gatilló lo más hermoso ocurrido este mes de diciembre, gatilló una campaña de contactos y de gente que se puso en movimiento para darle una digna sepultura, gente que algunos lo conocieron en persona y otros que, sin duda, nunca oyeron hablar de él, pero todos movidos por el mismo sentimiento, sentimiento que se parece al amor por el prójimo que tantas religiones pregonan.
 
La verdad es que no sé como hacer el balance de este mes, bueno para algunos y no tanto para otros, pero que no pasó desapercibido, no pasó en vano todo lo que ocurrió ya que, ojalá, nos enseñará a ser mejores personas.
 
En un par de días más todo volverá a la normalidad, todo será luces de colores disparadas hacia el cielo, como un homenaje al año que se va, o como una bienvenida al año que viene, pero como sea nos cargará las pilas para seguir caminando y entregar lo mejor de nosotros y seguir aprendiendo de las personas y de sus circunstancias, aprender de la importancia que tiene el crear lazos para que, en circunstancias como la ocurrida con nuestro amigo Jimmy, gatillen esa ola de solidaridad basada en el sentimiento mas profundo que un ser humano puede tener, el verdadero amor y respeto por los demás.
 
Para mí, con todo lo ocurrido, el año que se va fue bueno, a pesar del dejo amargo, y termina con números azules, espero que todas las personas sientan lo mismo y miren el vaso medio lleno y no medio vacío.
 
Un abrazo y les deseo que el próximo año les llegue lleno de éxitos para disfrutar de los buenos momentos y aprender de los malos.
 
Buenas noches.